Abonos y fertilizantes


Los fertilizantes


Un fertilizante o abono es cualquier tipo de sustancia orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas asimilables por las plantas, para mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento vegetativo de las plantas, etc.

Ejemplos naturales o ecológicos de abono se encuentran tanto en el clásico estiércol, que provienen de los rumiantes, mezclado con los desechos de la agricultura como el forraje, o en el guano formado por los excrementos de las aves.

Un ejemplo de abono casero es el orgánico, los restos de comidas biodegradables.

¿Cómo se crea este abono?


Si se tiene un paño de tierra en el patio o jardín, se debe cavar un pozo y se tira los restos de comida orgánicas que sean biodegradables, no cascara de huevos o plásticos, se vuelve a tapar el pozo y se deja degradar, este es el famoso Humus...


Vivero green house

Las lombrices son las que crean la magia. Se comen la comida en degradación en la tierra y producen abono fertilizando el paño de tierra, si el patio o jardín en su tierra no tiene lombrices,  comprar unas cuantas y dejarlas en un pozo y taparlas.

No exagerar tirando todos los días resto de comida y taparlas con tierra porque se generara demasiado ácido y las lombrices no producirán abono. y no sirve en macetas, no arrojar té, café u otros alimentos ácidos solo desechos de comida.
  




Lo que tú comes, tú no comerías café en polvo o té en polvo, o la cascara de la patata (papa) o lo huesos del pollo.  Solo debe ser alimento, lo que  comes,  no lo que bebes en infusiones o desechos que tú no comerías.


Brotes de plantas


Estiércol empleado como abono.

Las plantas no necesitan compuestos complejos del tipo de las vitaminas o los aminoácidos, esenciales en la nutrición humana, pues sintetizan todo lo que precisan; solo exigen una docena de elementos químicos que deben presentarse en una forma que la planta pueda absorber.

Dentro de esta limitación, el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual eficiencia en forma de urea, nitratos, compuestos de amonio o amoniaco puro.

Abono

La acción consistente en aportar un abono se llama fertilización. La idea de esta,  es que una planta o varias se encuentren saludables o multiplicar su producción en caso de comercialización.

Los abonos han sido utilizados desde la Antigüedad, cuando se añadían al suelo, de manera empírica, los fosfatos de los huesos (calcinados o no), el nitrógeno de las deyecciones animales y humanas o el potasio de las cenizas.

Papel de los abonos


Un fertilizante es una sustancia destinada a abastecer y suministrar los elementos químicos al suelo o al follaje para que la planta los absorba. 

Se trata, por tanto, de una reposición o aporte artificial de nutrientes.
Un fertilizante mineral es un producto de origen inorgánico, que contiene, por lo menos, un elemento químico que la planta necesita para su ciclo vital.

 La característica más importante de cualquier fertilizante es que debe tener una solubilidad máxima en agua, para que, de este modo pueda disolverse en el agua de riego, ya que los nutrientes entran en forma pasiva y activa en la planta, a través del flujo del agua.





Para cumplir el proceso de su vida vegetativa, las plantas tienen necesidad además del agua y del aire, de más de 12 elementos nutritivos que encuentran bajo forma mineral en el suelo, y de energía solar necesaria para la síntesis clorofílica.

Los abonos aportan:


Nutrientes primarios: nitrógeno (símbolo químico N), fósforo (P), potasio (K).5​ Se habla de abonos de tipo NPK si los tres están asociados juntos. Si no se habla igualmente de fertilizantes de N, P, K, NP, NK o PK.
Nutrientes secundarios, calcio (Ca), azufre (S), magnesio (Mg).

oligonutrientes o micronutrientes tales como el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el molibdeno (Mo), el cobre (Cu), el boro (B), el zinc (Zn), el cloro (Cl), el sodio (Na), el cobalto (Co), el vanadio (V) y el silicio (Si).

Estos elementos secundarios y micronutrientes se encuentran habitualmente en cantidad suficiente en el suelo, y son añadidos únicamente en caso de carencia.

Las plantas tienen necesidad de cantidades relativamente importantes de los elementos primarios. El nitrógeno, el fósforo y el potasio son pues los elementos que es preciso añadir más corrientemente al suelo.

El nitrógeno contribuye al desarrollo vegetativo de todas las partes aéreas de la planta. 

Es muy necesario en primavera al comienzo de la vegetación, pero es necesario distribuirlo sin exceso pues iría en detrimento del desarrollo de las flores, de los frutos o de los bulbos.

El fósforo refuerza la resistencia de las plantas y contribuye al desarrollo radicular. 

El fósforo se encuentra en el polvo de huesos.
El potasio contribuye a favorecer la floración y el desarrollo de los frutos. El potasio se encuentra en la ceniza de madera.

Los fertilizantes NPK constituyen la base de la mayor parte de los abonos vendidos en nuestros días. 

El nitrógeno es el más importante de entre ellos, y el más controvertido dada la fuerte solubilidad en el agua de los nitratos y su contaminación a las aguas freáticas cuando se abusa de ellos.


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